Escalinata de los jeroglíficos, set 2025 |
Salimos muy temprano, a las 4:30 de la mañana, para evitar la congestión vehicular y aprovechar bien el día. El viaje de ida duró aproximadamente tres horas y media. La carretera es simple, de dos carriles, uno de ida y el otro de vuelta, está asfaltada, y los primeros kilómetros a la salida de San Pedro Sula estaban bastante deteriorados por los baches, por lo que manejamos con mucha precaución. A medida que avanzábamos, el camino mejoró y el paisaje comenzó a mostrarse en todo su esplendor: montañas verdes, pueblos tranquilos y un ambiente sereno que invitaba a disfrutar el recorrido. Solo un pequeño tramo antes de llegar a Copán Ruinas presentaba problemas, que supongo por las lluvias había habido un derrumbe previo, pero en general la vía estaba en buen estado.
Al llegar, nos recibió la tranquilidad del pueblo y la magia de su historia. Copán Ruinas es uno de los principales atractivos arqueológicos de Honduras, y representa la grandeza de la civilización maya en este país. Visitamos el Parque Arqueológico de las Ruinas de Copán, donde admiramos las diferentes construcciones gigantes, entre ellas estelas talladas con un arte impresionante, testimonio del talento y la sensibilidad de los antiguos mayas.
El regreso lo hicimos por la misma carretera, saliendo alrededor de las 4:00 de la tarde. Esta vez, el viaje fue un poco más lento: debido al tráfico, tardamos unas cuatro horas en llegar a San Pedro Sula. Durante el camino, seguimos disfrutando de los paisajes y del ambiente rural. En uno de los pueblos decidimos detenernos en una pequeña pulperíapara comprar algo para cenar. Mientras avanzábamos, la música sonaba en el coche y la compañía de mi negrita L. EM hacía que todo se sintiera perfecto.
La mitad del trayecto del regreso lo hicimos también de noche, por la misma carretera que vinimos, el tráfico a la llegada se hizo muy intenso aunque con tranquilidad y precaución todo salió bien. Mantuvimos una distancia de seguridad, no abusamos de la velocidad, seguimos por un buen tramo detrás de un camión que nos servía de guía porque no sabíamos si encontraríamos algún hueco imprevisto en la carretera. Finalmente, llegamos a San Pedro Sula ya muy entrada la noche, cansados pero felices. Fue uno de mis viajes más bonitos, lleno de paisajes, historia, aventura y momentos que siempre recordaré.
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