Foto: Escenas de la película "Salsa" de Robby Rosa y Angela Alvarado |
Su forma de bailar empezaba con el pie izquierdo hacia adelante, con el otro hacia atrás como haciendo una media parábola; sus hombros denotaban una leve caída, marcaban el ritmo de la canción, sus manos se movían con el ritmo y trataban de estar casi siempre por debajo del esternón; salvo cuando quería llamar más la atención de la "la niña", alzaba sus brazos y los ponía en forma casi perpendicular a su cuerpo, que al abrirlos, que sino era porque era solo un baile, yo pensaría que tenía las ganas de querer abrazarla. Los pasos debían hacerlo en línea, era muy importante sonreír y sentir la música, en otro ámbito de la música casi tener las mismas ganas y el porte de un bailador flamenco o el apuesto varonil de un torero que tiene en mente hacer un lance de verónica; luego se hacían medios giros o el giro completo, cada uno por sí mismo, y luego él llevándole a ella. En los giros él la tomaba de las manos, la mano izquierda de ella con la suya del mismo lado, las del lado derecho se agarraban entre ellas y por debajo; le daba la vuelta con un giro completo en el sentido de las agujas del reloj, en cada giro la mano derecha de él terminaba por encima de la cabeza de ella y la soltaba.
Ella tenía un estilo particular, llevaba un vestido negro que ceñía su figura y su forma de dar las vueltas eran con elegancia, siempre que se encontraban tras un giro ella le miraba de frente y ambos sonreían, se dejaba llevar sin protestar, como toda mujer hermosa que sabe bailar el ritmo de salsa; ella antes de iniciar un giro estiraba sus manos en línea recta hacia arriba, luego las bajaba con delicadeza y se entregaba a él; la mano izquierda de ella cuando daba el giro la mantenía en alto con el antebrazo algo flexionado a la altura de su cara, con la otra mano se impulsaba para girar; varias veces repitieron estos pasos, pasaron más tiempo agarrados de las manos, sin embargo habían momentos en que los pasos eran libres y así podían sacar a relucir cada quien sus propios pasos, su estilo y los secretos de la salsa que cada uno los tenían guardados para sí, pero que en ese momento tenían las ganas de compartirlo mutuamente.
Pasaron unos minutos, el baile terminó; al finalizar él le preguntó a ella: ¿en qué estilo hemos bailado?, ella contestó: hemos bailado salsa en línea en estilo UNO, el uno siempre es para el pie izquierdo, el dos para el pie derecho, el tiempo tres para el izquierdo, y así sucesivamente hasta completar los ocho tiempos que se sigue en la salsa... Fue el único baile en esa noche, ya era tarde, pero fueron cinco minutos de buena salsa, y retirarse temprano era lo mejor...
Amilcar Ríos.
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