
....Pero mientras el autobús avanzaba lentamente calle arriba se produjo una transformación lenta, casi mágica. El conductor ofreció a los pasajeros un ágil monologo, un animado comentario sobre los escenarios que se sucedían ante nosotros: había una liquidación increíble en esa tienda, una exposición maravillosa en ese museo, ¿alguién había oído hablar de la nueva película que acababan de poner en el cine de la otra manzana?. El deleite que sentía ante las variadas posibilidades que brindaba la ciudad resultaba contagioso. Cuando los pasajeros bajaban del autobús, lo hacían despojados de la caparazón de mal humor con la que habían subido; y cuando el conductor gritaba un “¡Hasta pronto, que tenga un buen día!”, cada uno respondía con una sonrisa....
Daniel Goleman - Inteligencia Emocional.
Fotografía: Gracias a Soledad Castro: El Oceano Pacífico en las costas del Tabo - Chile.
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